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La segunda es la vencida

La Cúpula del Teatro Colón

Raúl Soldi (1905 - 1994)

La vida de Soldi no fue tan fácil como nos gustaría imaginarnos, pero siempre fue llevada fiel a sus convicciones con optimismo y alegría.
Una de las grades responsables de su exitosa carrera se la debemos a su esposa Estela Gaitán, principal crítica del artista y la única persona a la que él realmente escuchó. Según Soldi, porque nunca se equivocaba. Fue Estela quién incentivó al artista a dedicarse tiempo completo a la pintura, y como nunca se equivocaba, una vez más tuvo razón.
Fueron varios factores los que tuvieron que suceder para que la obra que hoy conocemos se pueda llevar a cabo.
Inicialmente El Colón exhibía una pintura realizada por el artista francés Marcel Jambon, la cual sufrió un accidente en 1934. Durante los festejos del Carnaval que se realizaron en el teatro se colocó hielo sobre la cúpula con el objetivo de refrigerar la sala, pero una vez que estos se derritieron dañaron la pintura y la tuvieron que retirar.
En su reemplazo iban a colocar un tapiz, el cual ya contaba con la aprobación necesaria para avanzar. Este se confeccionaría en Catamarca y dispondría del mismo diseño de la pintura de Jambon. Afortunadamente este proyecto no prosperó, no solo porque no habríamos conocido la obra de Soldi, sino también porque la misma inevitablemente se hubiese caído por su peso, y vaya a saber qué hubiese pasado si ocurría durante una función.
En parte, esta obra se le debe a dos personas en particular, uno de ellos fue Manuel Mujica Láinez, quién tras volver de un viaje de Europa y haber contemplado la pintura que Marc Chagal realizó para la Opera de París, pensó en Soldi como la persona indicada para llevar adelante los trabajos que le darían vida nuevamente a la cúpula del Colón, no solo por sus cualidades artísticas sino también porque este había tenido una infancia próxima al teatro y sus actividades. Fue Mujica Láinez quien propuso a Soldi y fue la Sra. Zulema Zuberbüler de Hueyo, casada con el Director de Abastecimientos de la Municipalidad de Buenos Aires, quién tomó las riendas necesarias para que nuestro querido artista finalmente sea el responsable de la obra en cuestión.
Curiosamente la creación de Soldi comienza a cobrar vida en un plato de té, ya que el artista encontraba en él características similares a las que presenta la cúpula; allí comienza a diagramar las figuras y la distribución de las mismas.
Fueron once horas diarias durante cuarenta jornadas las que tuvieron que pasar para que el artista pudiese terminar la pintura. La misma fue realizada en los talleres del Teatro Municipal General San Martín que disponía del espacio necesario para desplegar los dieciséis lienzos que componen esta creación. Una vez en la cúpula la obra fue retocada por el propio artista para que todo quede según lo había imaginado. Para su colocación no solo se necesitó de un enorme andamio, sino que también de un importante número de colaboradores que ayudaron para que el trabajo sea más sencillo. Entre ellos había dos expertos en la materia, Scorelli y el arquitecto Francisco Orlandi, hijo del pintor Nazareno Orlandi.
Al ver la pintura no solo percibimos el oficio del artista, sino que también podemos notar su entera humildad. Soldi consideraba que la atención debía estar sobre el escenario y no sobre su trabajo, es por ello que su obra es discreta, sencilla y elegante.
La obra titulada "Alegoría a la música, al canto y al baile" presenta a 51 figuras que se distribuyen en los 320 metros cuadrados de la cúpula central del Colón. Estas figuras podemos dividirlas en cuatro grupos: los instrumentos musicales, los actores, los músicos y a tres actores por ingresar a escena.

Esta no fue una obra más para el artista, por ella su nombre cobra mayor popularidad, pero también fue un trabajo muy vinculado a su vida, principalmente a su infancia. Su padre tocaba el Celo, y su hermana Amelia cantaba, ambos para el teatro. Es por ello que siempre sintió que una parte de sí le pertenecían a este imponente Teatro Colón.


Javier Zenteno

 

La pintura se puede visitar en las visitas guiadas que organiza el teatro.
Estas se realizan todos los días de la semana de 9 a 17hs..
El recorrido tiene un valor de $80 para quienes estén radicados en la Argentina y de $200 para quién no lo pueda constatar. Recomiendo asistir con el Documento Nacional de Identidad.

Javier Zenteno

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