IMPRESIONISMO
El movimiento que perdura en el tiempo

Martín Malharro
"Las Parvas"
1911
Museo Nacional de Bellas Artes

Ramón Silva
"Día Primaveral"
1914
Zurbarán

Walter De Navazio
"San Javier, Córdoba"
1920
Zurbarán
El hombre es un ser de costumbre, se mueve en su zona de confort y se niega al cambio. Actualmente es frecuente encontrar opiniones opuestas respecto a los avances tecnológicos, los cuales entendemos que son fundamentales e irremplazables para determinadas cuestiones, pero totalmente innecesarias en otras.
La actitud de no aceptar nuevas propuestas existió siempre, en cuanto a la pintura fueron los Impresionistas quienes se sintieron incomprendidos. Para entender esto deberíamos remontarnos a mediados de 1800, cuando la pintura oficial, o por lo menos aquello que era considerado “arte”, se regía por las normas del Realismo. La pintura era tradicional, con reglas preestablecidas e inalterables. Por lo general representaban escenas bíblicas y los personajes que la conformaban contaban algo. El Impresionismo en cambio se rige por normas que no son compatibles a esta estructura, para este movimiento no es necesaria la presencia de personajes, es fundamental el uso del color, prescinde del negro y su trazo no posee una línea definida que delimite el espacio. Este grupo estaba representado principalmente por Pissarro, Monet y Renoir entre otros.
Marín Malharro fue uno de los pioneros e impulsores de este movimiento en nuestro país. Él con el afán de convertirse en artista cruza el Atlántico y se instala en París, donde dará con los impresionistas franceses y aprenderá los encantos de este maravilloso movimiento. Pese a esto, el argentino no será un ortodoxo en la materia, puesto que muchas de sus creaciones tienen a la noche como protagonista, algo inusual para los artistas parisinos.
Tras su vuelta a Buenos Aires consigue exponer sus creaciones; a su vez brinda conferencias y escribe sobre este movimiento a fin de darlo a conocer, pero muchos críticos y colegas no logran comprenderlo. Aquellos que sí lo hicieron lo elogiaron y destacaron su “alta personalidad de artista”. También influenció a jóvenes que encontraron en él inspiración, entre ellos se destacan Walter de Navazio y Ramón Silva, a quienes también se los considera precursores del movimiento en nuestro país.
Walter de Navazio (1887 - 1921) solo vivió 33 años. En 1916 gana por un concurso una beca oficial para estudiar en el exterior, pero la misma nunca se llevaría a cabo por falta de fondos y por la Primera Guerra Mundial. Durante su corta vida recibió el reconocimiento de sus pares y el público por sus creaciones que nos muestran principalmente las sierras de San Javier, ubicadas en la provincia de Córdoba.
Ramón Silva (1890 - 1919) tuvo una corta carrera, puesto que falleció con tan solo 29 años de edad debido a la tuberculosis. Pese a trabajar durante un período con el grabado, realizo pinturas que también tienen al paisaje como temática principal. En ellas nos muestra su dominó de la luz y el color.
Zurbarán (Cerrito 1522) actualmente exhibe una muestra que reúne a los grandes referentes del arte argentino, entre los que se destaca un paisaje divino realizado por Silva durante la primavera de 1914 y otro realizado por Walter de Navazio en San Javier durante 1920.
En cuanto a Malharro (1865 - 1911) podrán ver una obra estupenda de él en el Museo Nacional de Bellas Artes, donde se podrán deleitar con “Las Parvas”, una pintura que nos recuerda a la serie de “Meules” de su admirado Claude Monet.
Sabiendo esto, pienso que deberíamos ser más permeables al cambio. Aceptar las propuestas y necesidades de las nuevas generaciones, ir por más, descubrir y aprender a equivocarnos si es necesario; después de todo a este grupo de jóvenes audaces el tiempo supo darles la razón, puesto que crearon el movimiento pictórico más longevo en la historia del arte. Movimiento que podríamos extender hasta nuestros días con representantes que hoy llamamos “Postimpresionistas”, pero que tienen en su esencia el mismo efecto de color y alegría. Mario Sanzano quizás sea el principal artista contemporáneo que rinda culto a este movimiento. Su obra nos muestra las calles de Dean Funes (Córdoba), como también supo hacer el genio de Fernando Fader.
Javier Zenteno