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Un Genio y Mecenas del Impresionismo 


Gustave Caillebotte (1848 - 1894)

Su nombre quizás no sea el de mayor resonancia, pero cabe destacar que es uno de los grandes responsables de lo que hoy conocemos sobre el impresionismo.
Monet, Renoir, Pisarro y otros nombres suelen estar en los encabezados de cualquier titular cuando se menciona a este movimiento, pero la realidad es que muchos de ellos pudieron trabajar gracias a la ayuda que recibieron de Gustave Caillebotte, quien provenía de una familia de buen pasar económico. Su pasión por la pintura hizo que se relacionara con los grandes maestros impresionistas, y se convierta, no solo en pintor sino también que de algún modo en el mecenas de muchos de ellos.

Más allá de esta generosidad para con sus amigos, cabe destacar que fue un enorme artista. Sus inicios nos muestran una pintura con mayor afinidad hacia el realismo, puesto que reflejaba en su lienzo aquello que veía con un grado de precisión sorprendente, luego su obra se torna más espontánea influenciado por sus amigos impresionistas, con quienes mantenía una profunda amistad.
Su debut como artista se dio en la segunda exposición impresionista. Allí presentó ocho pinturas, entre ellas “Los Acuchilladores de Parque”, una obra maravillosa realizada en 1876 que nos muestra un grupo de obreros cepillando la madera (Colección museo de Orsay en Paris). El artista había enviado anteriormente esta obra al Salón Nacional pero fue rechazada porque se la consideró vulgar. Hasta entonces la figura de los trabajadores solían ser campesinos o rurales, mientras que en la pintura de Caillebotte los mismos pertenecen a la ciudad, lo cual no fue bien visto.
Por medio de esta obra podemos ver la calidad con el que la compuso; la anatomía de los trabajadores es perfecta, a su vez hay un soberbio trabajo de la luz natural que llega desde el exterior y se expande a lo largo y ancho del lienzo con la intensidad y sutileza que corresponde según el sector en el que quisiéramos hacer hincapié.
Luego su trabajo se torna netamente impresionista, las figuras dejan el detalle atrás y se entrelazan unas con otras al compás de una pincelada suelta y llena de vida. Son los paisajes, puentes y retratos los temas que más frecuenta durante este período. 

A diferencia de sus colegas, tuvo la suerte de no necesitar de la venta de sus creaciones para poder vivir, es por ello que su trabajo es genuino. Pintaba por placer y así nos lo muestra.
Mediante este humilde aporte, no pretendo más que darles a conocer a un artista maravilloso que a mi juicio aún no tiene el reconocimiento que se merece.

 

Javier Zenteno

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