Artista con identidad propia
Fernando Botero (1932)


La tarea más difícil para un artista es tener identidad propia, ser autentico, no esconderse bajo la sombra de nadie. Para ello no es necesario dejar de mirar el trabajo de los demás, Pablo Picasso, uno de los mayores referentes del arte del Siglo XX decía: “Los buenos artistas copian, los genios roban”.
Fernando Botero es un ejemplo de su propia identidad. No hay que ser un experto en la materia para poder identificar su trabajo y esto vale por partida doble. Las obras de arte, además de exhibirse en galerías y museos, también cumplen un rol implícito para quienes las poseen, y es mostrar que en su pared disponen de la obra de determinado artista. Para que esto ocurra es importante que el artista en cuestión sea reconocido por sí mismo, y esto generalmente pasa con aquellos que supieron formar su propia identidad: Bertani, Botero, Modigliani, Molina Campos, Quinquela Martín, son alguno de los muchos ejemplos que podríamos mencionar.
Botero nació en Medellín, Colombia el 19 de abril de 1932 y se convirtió en un referente del arte latinoamericano.
En sus inicios, unos inversores que a su vez eran los dueños de los derechos de Elvis Presley ayudaron a difundir su trabajo, pero su verdadero impulso se dio hace 50 años, cuando una de sus obras que hacía alusión a la Mona Lisa fue colgada en el ingreso del MOMA (Museo de Arte Moderno) de Nueva York.
Su obra, de carácter figurativo, nos muestra diversas escenas de la vida cotidiana. Sus personajes interpretan a músicos, bailarines, toreros; por medio de ellos refleja mucho de los recuerdos vividos principalmente durante su infancia. Las familias y las parejas también son algunas de las temáticas que más supo abordar.
La escultura también forma parte de su trabajo, la cual se rigen por los mismos patrones; personajes que poseen algunos kilos demás.
Ciudades como Barcelona, Jerusalén, Madrid, Medellín, Oviedo, Singapur e incluso Buenos Aires se enorgullecen de tener obras de su autoría en distintos lugares públicos para el goce de sus habitantes y turistas.
No tengo dudas que su obra perdurará en el tiempo, y lo hará porque trabajó para que esto ocurra, porque durante toda su vida lucho para parecerse cada vez más a Fernando Botero.
En la Ciudad de Buenos Aires podrán encontrar una escultura suya, “Torso Masculino Desnudo”, emplazada en el Parque Thays, (Av. del Libertador y Ayacucho) esta obra curiosamente se destaca por son sus músculos.