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Cuando la Obra Trasciende al Lienzo


Ernesto De la Cárcova (1867 - 1927)

Si visitan el Museo Nacional de Bellas Artes, podrán encontrarse con esta maravillosa obra realizada por Ernesto De la Cárcova, quién se inició en la pintura a temprana edad. Fue en la Sociedad de Estímulos de Bellas Artes donde realizó sus primeros estudios, luego lo hizo en Europa, París, Turín y Roma, donde ya era habitual encontrarse con obras con cierto contenido social, “Sin Pan y Sin Trabajo” carga con este concepto de ponerse en el lugar ciudadano y manifestar lo que acontece. Esta pintura que inició en Italia en 1892 y finalizó al año siguiente en nuestro país, es la primera obra con intención de crítica social.

Como no podía ser de otra manera, la obra presenta una paleta oscura que acompaña el denso contenido de la misma. Es tan maravillosa la pintura que si nos detenemos a observarla con minuciosidad, podremos notar que posee un minucioso trabajo en las expresiones, las posturas corporales, las tonalidades seleccionadas, el entorno.
La atención primera se la lleva esta humilde familia que denota su terrible situación. Existe una popular frase que dice una imagen vale más que mil palabras, y creo que esta pintura es un fiel reflejo a esto, puesto que solo con el uso de algunos elementos, o la ausencia de otros, De la Cárcova nos cuenta todo.
Dentro de la habitación podemos percibir que es muy escaso su mobiliario: una silla, un banco y una mesa, todos en malas condiciones; lejos estamos de encontrar elementos innecesarios que solo hacen a la decoración. La mujer se presenta en extrema delgadez, la cual sostiene a su bebé más por voluntad que por la fuerza que pueda ejercer con sus brazos. En el hombre encontramos mayor entereza. Es el único en la escena observando lo que ocurre afuera, su postura nos invita a pensar que lleva un buen tiempo haciéndolo, quizás sin haberse percatado que su silla se sostiene solo por las patas delanteras. Su puño izquierdo muestra furia por lo que acontece, mientras que su mirada nos habla de un total desconcierto.
Si vemos por la ventana podremos ver diversas fábricas cerradas y un grupo de manifestantes enfrentándose a la policía montada.
No puedo dejar de mencionar a los destellos de luz que cruzan la ventana para reflejarse en distintos rincones de la habitación, y digo esto porque siempre los vi como destellos de esperanzas. Es el único elemento que presenta la pintura donde puedo aferrarme y sentir optimismo.


Los invito a disfrutar de esta maravillosa pintura que se exhibe en la planta baja del Museo Nacional de Bellas Artes, junto a otras grandes obras de la historia grande de nuestra pintura que no mencionaré para que no dejen de sorprenderse.



Javier Zenteno

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